Si bien la producción de acero ha dependido del carbón como fuente de energía desde la Revolución Industrial, la industria siderúrgica, al igual que otros sectores, está en transición hacia un futuro que reduce significativamente las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero. El acero bajo en carbono (C: ≤ 0,25%), también conocido como acero dulce, se somete fácilmente a diversos procesos como forjado, soldadura y corte, y se utiliza comúnmente en la fabricación de cadenas, remaches, pernos, ejes y más.